Se necesitan 34 familias acogedoras en Guipuzcoa

El llamamiento es claro: «La Diputación Foral de Gipuzkoa precisa 34 familias que acojan en sus hogares a menores en situación de desprotección. La situación es realmente grave, ya que la crisis ha influido de forma importante en el descenso del número de familias que deciden acoger». El diputado de Política Social, Ander Rodríguez, hizo esta petición ayer ante la necesidad de dar un apoyo familiar a 50 niños, tutelados actualmente por la institución foral, pero que precisan de un hogar para que logren un desarrollo social integral .

De esas 34 familias demandadas, ocho deberían acoger a parejas de hermanos de entre 4 y 16 años, y otras cuatro hacerse cargo cada una de tres hermanos. «Las 22 familias restantes, se precisan para atender a un solo menor», detalló Rodríguez.

El diputado de Política Social aportó estos datos en la inauguración del espacio de convivencia Etxegorria de la asociación de familias acogedoras de Gipuzkoa, Beroa.

El local, situado en la avenida de Ategorrieta de Donostia, ha sido cedido a esa agrupación para que los hijos puedan encontrarse con sus padres biológicos cíclicamente.

Rodríguez alentó a los guipuzcoanos a que se sumen a esta iniciativa, a pesar de que el panorama económico retrae a las personas. «Es una experiencia enriquecedora, aunque sabemos que la crisis es un punto negativo para dar este paso. Queremos hacer un llamamiento a interesados, porque, realmente, no se arrepentirán. Estos niños necesitan protección y amor. Además, cuentan con apoyos personales y profesionales», indicó el diputado foral.

Actualmente, un total de 313 familias de acogida colaboran con la Diputación ofreciendo su protección a otros tantos menores. Además, 48 personas adultas continúan recibiendo el calor del mismo número de hogares.

esfuerzo La Diputación cuenta también con un servicio de acogida familiar profesionalizada, y, dentro de ese programa, se encuentran otros 21 menores, de los cuales la mayoría, 16 en total, se encuentran en régimen definitivo, frente al temporal que, en principio, es voluntario.

La presidenta de Beroa, Izaskun Ugarte, reconoció que «el acogimiento no es fácil, tiene su esfuerzo arduo y grande». No obstante, Ugarte alertó de que «el futuro está en los niños» y, si se quiere lograr «un futuro digno para todos, hay que cuidar de ellos». «La labor que se hace es muy grande, pero el esfuerzo queda minimizado con los resultados. Merece la pena. Es muy gratificante acoger a niños. Vienen a los hogares con muchos miedos, pero cuando cumplen la mayoría de edad y pueden decidir si se van o no, se quedan. En Gipuzkoa, los mayores de 18 años se quedan todos con sus familias de acogida», describió la portavoz de Beroa.

En opinión de Ugarte, cuando uno de estos menores llega a su nuevo hogar «el mayor problema es el acoplamiento». «Hay veces que hay un desconocimiento sobre cómo tratarlos. Lo que necesitan es amor: abrazos, besos, escucharlos… los inicios son difíciles por eso y hay niños que te ponen un freno», resaltó la presidenta de Beroa.

Ugarte puso de manifiesto que es necesario transmitir a estos chavales que «la vida es bonita y merece la pena vivirla». «El amor existe y te lo puede dar desinteresadamente cualquier persona. Estos niños están carentes de esta afectividad. En los pisos de acogida de la Diputación te falta esa referencia, esa figura de una persona que te va a apoyar siempre, en lo bueno y en lo malo», aseguró esta mujer.

La portavoz de esta asociación destacó que los padres de adopción se sienten respaldados por la Diputación, pero «hay momentos en que necesitan entrar en contacto con gente que vive la misma experiencia y compartir las dificultades que van surgiendo», por lo que Beroa es la plataforma que da salida a ello.

En el acto de inauguración de Etxegorria, en cuya habilitación el ejecutivo foral ha invertido 41.000 euros, se realizó una visita a las instalaciones, donde se realizan las visitas programadas entre las personas menores de edad en acogimiento familiar y sus padres biológicos. El punto de encuentro consta de once salas de visitas, divididas en dos pisos, cuatro baños, dos cocinas, dos archivadores y la sede social de la Asociación Beroa.

Se trata de salas en las que se cuida principalmente la decoración teniendo en cuenta el personal que hace uso de las mismas: niños, jóvenes y adolescentes.

Fuente: Noticias de Guipuzcoa

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