Como cada año, el SSI/CIR ha recopilado las estadísticas de los 12 primeros países de acogida en materia de adopción internacional y presenta un análisis de las tendencias resultantes.
Con un total de algo menos de 22.000 adopciones internacionales para los 12 primeros países de acogida (véase el cuadro siguiente), el descenso iniciado en 2004 continúa de manera inexorable. Los Estados Unidos acusan así un nivel todavía más bajo (9.319), al igual que España y Francia. Para estos países, queda claro que las situaciones de transición, total o parcialmente vinculadas a la
ratificación de la CLaH-1993, y que prevalecen actualmente en Haití, Vietnam, Kazajstán, y en Guatemala en cierta medida, son
un elemento importante a tener en cuenta.
La ecuación “ratificación de la CLaH-1993 = disminución de las adopciones internacionales” queda una vez más demostrada, pero, con todo respeto a sus detractores, la aplicación efectiva de la convención en un país de origen constituye in fine un verdadero progreso, especialmente por el desarrollo de medidas de cuidados alternativos a nivel nacional.
Destaquemos a este respecto que en valores absolutos, el año 2011 refleja por primera vez casi una paridad entre las adopciones sujetas a la CLaH y las que no lo están (10 países de origen no sujetos oficialmente a la CLaH para un 49,5% del total de los expedientes).
Para los países de acogida, esta primera constatación no es por supuesto apenas satisfactoria, y las listas de espera todavía pueden
alargarse bastante. Se comienza no obstante a observar una reducción significativa del número de candidatos a la adopción internacional en varios países de acogida. Esto quizá pueda explicarse debido a un mejor conocimiento por parte del público de las
dificultades actuales de la adopción internacional, y por un mayor atractivo de los métodos de procreación médicamente asistida, principalmente el recurso a las madres de alquiler extranjeras de las que hemos hablado en nuestros anteriores boletines.
Las políticas vigentes en los países de origen
Las orientaciones de política social tomadas por los países de origen más importantes como China, Rusia, Ucrania y Corea del Sur desempeñan también un papel preponderante en la evolución del volumen global de las adopciones internacionales.
Declarando querer apoyar la adopción nacional y al promover la adopción de los niños con particularidades, estos países pusieron
freno al desarrollo de las adopciones internacionales. Se constata también una voluntad puramente política de cambiar la imagen del país, para no seguir apareciendo, sobre todo nacionalmente, como un país “abastecedor” de niños.
La situación de Etiopía, segundo país de origen de la lista general, sigue siendo dudosa: con una disminución del 20% con relación a 2010, el país parece mostrar una voluntad de controlar mejor sus procedimientos y de frenar el ritmo, pero las decisiones de fondo
(ratificación de la CLaH, obtención del consentimiento, situación en las provincias) se hacen aún esperar.
Un volumen constante
Varios países han establecido sistemas capaces de gestionar un número relativamente constante de adopciones internacionales por año, como es el caso de Colombia, Filipinas, Brasil, Polonia, Taiwán, Sudáfrica, Bulgaria, Malí, Letonia, Hungría, etc. Esta constancia puede percibirse como una garantía, en la medida en que ilustra la capacidad de estos países para gestionar las adopciones internacionales de manera regular, sin sufrir demasiado dificultades internas o externas.
Las cifras de la India y Tailandia son un enigma, puesto que prácticamente se duplicaron entre 2010 y 2011, a pesar de haber adoptado políticas más restrictivas en estos dos países.
Una inquietud: la RDC
Con 339 adopciones internacionales en 2011, la República Democrática del Congo multiplicó por 10 el número de niños adoptados internacionalmente en el espacio de 4 años (2008: 36 expedientes contabilizados). Informaciones concordantes indican, por otra parte, que los intermediarios son cada vez más activos y no dudan en promover la adopción de niños congoleses. Estos dos elementos deben interpretarse como las señales precursoras de un fuerte aumento de las adopciones procedentes de la RDC, en un
contexto que debe calificarse de “post conflicto”, y que no puede ofrecer las garantías necesarias para el tratamiento a gran escala de las adopciones. El SSI/CIR sigue muy de cerca esta evolución y espera poder realizar pronto una misión in situ. Pide a los países de acogida que hagan prueba de moderación en el desarrollo potencial de procedimientos con la RDC.
El equipo del SSI/CIR
Octubre de 2012
