La importancia de la educación emocional

emociones

Entrevista a Ferran Salmurri, psicólogo y autor del libro Libertad emocional.

Usted fue el autor del Programa para la Mejora de la Salud  Mental Escolar. ¿Puede explicar en qué consiste?

Es un programa con el objetivo de demostrar que hay una serie de acciones que las personas podemos practicar para aprender a sentirnos mejor.

¿Que demostró el programa?

Que, efectivamente, eran acciones eficaces. Observamos cambios muy importantes en el profesorado: mejoraron las relaciones entre los compañeros, se pidieron menos días de baja laboral y mejoró el estado psicológico general en cuanto a la asertividad, la cooperación, la autoestima y el autocontrol emocional.

«El estado emocional del profesorado y el del alumno están muy ligados»

¿Cómo repercutió en los niños?
También hubo resultados muy positivos. Antes de hacer nada específico con los niños, sólo trabajando con los maestros, ya se produjeron algunos cambios importantes de comportamiento en los alumnos. Empezaron a mostrar más empatía, lo que redujo los problemas de conducta y agresividad. Así, pudimos comprobar que el estado emocional del profesorado y el del alumno están muy ligados.

¿Qué debemos entender por educación emocional?
Todas las personas, desde siempre, hemos sido y somos esclavos de nuestras propias emociones, o mejor dicho, de cómo se nos presentan. Continuamente nos invaden sentimientos como el miedo, los celos, etc, y aceptamos que eso es normal. No nos damos cuenta de que podemos ser más libres de nuestras emociones si las educamos.

«Nos sentimos excesivamente mal en demasiados momentos de la vida»

Todos queremos sentirnos bien…
Hoy en día sabemos cómo aprender a sentirnos mejor de una manera proporcionada y adecuada a la realidad. Generalmente, cuando nos sentimos mal lo hacemos de una manera desproporcionada, nos sentimos excesivamente mal en demasiados momentos de la vida.

¿Qué debemos hacer para sentirnos mejor?

Tenemos que aprender a vivir.

¿Cómo se aprende a vivir?
Percibiendo la realidad de una forma más adecuada y proporcionada. En general, todos somos bastante mal pensados.

«Nos preocupan el bullying o la violencia doméstica pero no ponemos medidas preventivas»

Estas emociones vienen de la prehistoria…
Sí, hoy nos sentimos igual que hace 6.000 años. El hombre ha evolucionado mucho y en muchos aspectos (tecnológicamente, socialmente, etc.), pero emocionalmente ha cambiado muy poco. Los miedos nos dominan igual ahora que en la prehistoria. Lo único que ha cambiado es a qué tenemos miedo (antes era un depredador y ahora es que el avión donde viajamos tenga un accidente, por ejemplo). También, tenemos la misma percepción de la vida que teníamos antes. Ahora nos preocupan temas como el bullying o la violencia doméstica, pero no ponemos medidas preventivas.

¿Cómo podemos prevenir actos como el bullying o la violencia doméstica?
Está demostrado que un buen programa de educación emocional puede prevenir no sólo el bullying, los trastornos alimentarios o la agresividad, sino también la primera causa de mortalidad en este país de personas entre 16 y 45 años: el suicidio. Hablamos que programas para la mejora integral de la persona pueden evitar muchos problemas porque, si la persona se siente mejor, tiene mayor autoestima, piensa más y sabe relacionarse con los demás, es más feliz y menos propensa a sufrir cualquier patología o trastorno mental.

«La Administración o el Gobierno no implicarán hasta que la sociedad lo reclame »

Si la educación emocional funciona para prevenir estos actos, ¿por qué no se aplica? ¿Qué nos lo impide?
En primer lugar, a las personas nos cuesta mucho aceptar las novedades. En segundo lugar, ¿quién empieza? Los adultos no sabemos. Personalmente, pienso que esta educación debe comenzar en la familia y en la escuela. La Administración o el Gobierno no implicarán hasta que la sociedad no lo reclame.

«La escuela cada vez está más lejos de su función principal: preparar personas para el futuro»

¿Es todavía muy desconocido el tema de la educación emocional?
Sí, pero cada vez se habla más porque es evidente que muchas cosas no funcionan. La escuela cada vez está más lejos de la función principal: preparar hombres para el futuro. Hay que replantear la función de la escuela.
Los humanos siempre nos hemos movido buscando el beneficio más inmediato. De ahí, los problemas ecológicos que tenemos. Con la educación emocional ocurre lo mismo, cuando este tema dé votos y la sociedad lo demande, se pondrá en marcha.

Parece que esto de pensar bien no es fácil…

Hace mucho que nos hemos dado cuenta de que pensar bien no es fácil. Ya Epicteto, cerca de 1900 antes de Cristo, dijo «lo que nos afecta no es lo que nos pasa, sino lo que pensamos de lo que nos pasa». Debemos vigilar lo que pensamos de lo que nos pasa y también lo que no nos pasa. Por ejemplo, si pensamos en términos de celos o envidia, es malsano y dañino, y por tanto, debemos trabajar para cambiar esta manera de pensar.

¿Puede poner el ejemplo de alguna cotidianidad?
Una que pasa cada día en todos los domicilios de Barcelona y alrededores: «¡Niño, recoge las zapatillas del comedor! Cada día lo mismo…» ¿Te suena?

Sí, mucho.

Pasa todos los días en la mayoría de hogares donde hay niños y jóvenes de entre 6 y 30 años. ¿Y sabes desde cuándo pasa?

No.
Desde que existen las zapatillas. Y siempre decimos lo mismo y nos enfadamos por el mismo.

¿Qué debemos hacer entonces?

Decir las cosas de una manera diferente. Todavía no nos hemos dado cuenta de que decir lo mismo durante 10 años seguidos no ha cambiado nada. Las zapatillas siguen el comedor. Deberíamos probar otras formas de comunicación: hablar más desde el propio sentimiento, sin culpabilizar al niño, que no lleva a ninguna parte.

¿Puede poner un ejemplo?
Por ejemplo, «no me haces sentir bien cuando veo las zapatillas medio del comedor, me harías un favor si las pusieras en su lugar».

«No debemos confundir la causa con el efecto del estrés»

¿El estrés es un mal de nuestra era?
Por lo que respecta al estrés, a menudo confundimos la causa con el efecto. La gente dice «estamos estresados»… Y no. Lo que estamos es presionados. Todos experimentamos unas presiones internas y otras externas. La presión es necesaria para hacer cosas, estar activo y tener energía. Pero, a veces, no controlamos esta presión y esta hace que nos sintamos mal, con somatizaciones (dolores de cabeza, de estómago, insomnio, etc.), provocando entonces el estrés, que es una consecuencia. Es decir, el estrés es una manifestación de una presión no controlada, cuando la presión interna, la externa o ambas nos superan, estamos estresados.

¿Por qué es tan bueno inculcar el deporte y el ejercicio físico en la educación de un niño?

¡Y de un adulto! El ejercicio físico tiene efectos balsámicos desde el punto de vista emocional. Está demostrada su eficacia a la hora de producir bienestar emocional.

«Si hablas de una manera adecuada, acabas pensando de una manera positiva. Somos lo que practicamos»

¿Comunicarse bien es importante?
Fíjate que si hablas de una manera adecuada (sin juzgar a los demás), acabas pensando de una manera más positiva. Somos lo que practicamos. De todos modos, lo más imprescindible es enseñar empatía.

«La empatía frena el egoísmo y la agresividad, consustancial al ser humano»

¿Por qué es tan importante la empatía?
Porque es lo que nos ayuda a frenar el egoísmo (sólo dejo de pensar en mis necesidades cuando empiezo a pensar en las del otro). Es una forma de pensar mucho más coherente y nos ayuda a controlar la agresividad, consustancial en el ser humano.

«Hacer contento el hijo nos hace contentos a nosotros mismos. Pero el del beneficio inmediato es un camino equivocado »

¿Vivimos en una época de sobreprotección de nuestros niños?
Sí. Hacer contento al niño, nos hace contentos a nosotros mismos. Pero es una camino equivocado (el del beneficio inmediato). Hoy en día, como que nos hace felices ver nuestro hijo feliz, le damos todo lo que quiere, y además, podemos hacerlo. Pero eso no les conviene. Lo que conviene es hacer el esfuerzo para sentirse bien.

«No olvidemos que todos queremos educar a nuestro hijo para que tenga las herramientas necesarias para ser feliz en la vida»

¿Qué debemos hacer los padres?
El esfuerzo que tenemos que hacer los padres es el de no dar a nuestros hijos todo lo que piden, simplemente porque nos gusta verlos sonreír. Esto es un error terrible. No olvidemos que todos queremos educar a nuestros hijos para que tengan las herramientas necesarias para ser felices en la vida, pero con la sobreprotección lo que estamos enseñándoles, acaba siendo: «soy feliz cuando tengo lo que quiero, aquí y ahora».

¿Cómo termina la historia?
Estos niños acaban teniendo poca tolerancia a la frustración, a las respuestas negativas y a que las cosas no salgan como ellos quieren. Los educamos para que piensen «la vida debe ser como yo quiera y, si no, no la soporto», y entonces, por ejemplo, para ellos es insoportable que la madre les obligue a apagar la consola o la televisión.

 

¿Qué puedo hacer para introducir la educación emocional en la familia?

La educación emocional es una herramienta que nos puede ayudar a educar a nuestros hijos. El primer paso es trabajar la conciencia emocional (identificar como me siento en cada momento).

Una idea que puede aplicarse cada noche, mientras cenáis por ejemplo, es preguntar a los hijos ya la pareja: «¿cómo te has sentido hoy? » (En vez del típico «¿cómo te ha ido el día?» O «¿qué has hecho hoy en la escuela?»). Al principio, tal vez se sentirán incómodos, pero si los padres empiezan a hablar, verán cómo enseguida a los niños les gustará, por la curiosidad que tienen por saber cómo se sienten los adultos. En pocos días, todos os sentiréis y os entenderéis mejor.

Cuando el hijo o hija cuente un problema o conflicto que ha tenido en la escuela o con los amigos, aprovechad para preguntarle «¿cómo te has sentido en ese momento?». Sin daros cuenta estaréis potenciando la conciencia emocional del niño, ya que es en los momentos de conflicto cuando las emociones son más potentes. Y recordad que debéis ser vosotros los primeros en dar ejemplo, explicando cómo os habéis sentido durante las diferentes situaciones del día (problemas de trabajo incluidos).

Fuente: FAROS http://faros.hsjdbcn.org

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