¿Cómo responder?

Extraido del estupendo blog de Brenda Padilla Adopción por Dentro, sobre el deseo de una niña adoptada de 4 años por conocer a su madre biológica…

 

¿Es normal que empiecen a preguntar tan pronto?

Hay dos libros que han sido muy útiles para mí a la hora de comprender las necesidades de nuestros hijos en la etapa preescolar. El primero es el que siempre recomiendo aquí «Soy Adoptado» por David Brodzinsky y el segundo se llama «Hablando de la adopción con los niños pequeños» por Watkins y Fisher (pero solo en inglés).
Brodzinsky nos explica que por mucho que los pequeños pregunten y por mucho y muy bien que nosotros les respondamos, todavía no son capaces de comprender el verdadero significado de la adopción. Porque comprenderlo requiere un desarrollo cognitivo más avanzado, además de un sinfín de conocimientos sobre las relaciones humanas y las instituciones de la sociedad que han intervenido en su destino.
Para un niño pequeño: ¿Qué es una madre biológica? ¿Qué es un juez o un psicólogo? ¿Qué significa realmente formar parte de un árbol genealógico – o no formar parte de ello? ¿Qué son los genes y qué efecto tienen sobre nosotros? Son todos conceptos demasiado abstractos, complejos y difíciles de comprender para un niño en la etapa preescolar.
Watkins y Fisher, por su parte, reproducen las conversaciones que una veintena de familias han tenido con sus peques sobre distintos aspectos de su adopción. Es curioso leerlos y ver las muchas formas que los niños tienen de interpretar las historias que cuentan sus padres. Una niña pensaba que su madre le había robado a su «otra madre» (la biológica), otros cuentan historias de animales perdidos que encuentran una familia. Otros preguntan y luego rechazan las respuestas porque no quieren ser adoptados, quieren que sus madres y padres les digan lo que quieren oír: que han salido de la barriga de mamá.
Mi hija cuando tenía 3 años preguntó si había estado en mi barriga. Luego con 4 comenzó a expresar su deseo de conocer a sus padres biológicos, quería ir a verles. Si fuéramos a China ¿Por qué no pasar por su casa? Cuando le dije que no sabía dónde estaban, comenzó a dibujar mapas para enseñarme como llegar. Cuando le expliqué que simplemente no iba a ser posible, por mucho que a mí también me gustaría encontrarles, sugirió que les llamáramos por teléfono. ¿Por qué no? Con 4 o 5 años, todo es posible. Si Los Reyes Magos pueden entrar en casa para dejar regalos, ¿por qué no podemos llamar a quién queremos o seguir un mapa inventado para llegar al tesoro?
Según Watkins y Fisher, puede que los niños no comprendan lo que les intentamos decir, pero esto no significa que no se sienten mal o tristes. Esto a sido mi experiencia también. Mi hija ha mostrado tristeza desde pequeña por no poder encontrarse con la familia que perdió al nacer. Pero, como nos explican estas autores, lo importante a esta edad es ser igual que los demás y lo que más inquieta a nuestros hijos en la etapa preescolar es descubrir que son diferentes. Su tristeza, según estas profesionales de la psicología, está más relacionada con esto que con otra cosa. Quieren haber estado en la barriga de su mamá como los demás. Quieren estar con su familia de nacimiento como los demás.
Entonces, la respuesta a esta pregunta parece ser que sí – que es normal que los niños comienzan a hablar de su adopción y hacer preguntas a estas edades tempranas. Lo que pasa es que no están interpretando los hechos como lo hacemos nosotros.
Será más adelante con 6 o 7 años que realmente comienzan a comprender que para ganar una familia han tenido que perder otra… Será otra etapa, en el que su desarrollo cognitivo va a requerir otras respuestas.

 

Si este artículo te parece interesante, compártelo.
Facebook Twitter Plusone Linkedin Pinterest