El 40% de los menores en desamparo no encuentra una familia que los acoja

acogida familiar

Los grupos de hermanos y los mayores de 7 años son quienes más difícil tienen la acogida. Los centros de Córdoba albergan a 60 niños y niñas susceptibles de integrarse en un hogar

La Junta de Andalucía tiene actualmente la tutela de casi 500 menores. Se trata de niños que se retiran a sus progenitores para proporcionarles protección frente a situaciones repetidas de abusos, malos tratos y abandono, o tras la muerte de los progenitores. Salvo en los casos en que tienen menos de tres años, en los que se pone en marcha el acogimiento de urgencia, la mayoría va directamente a un centro de protección, desde donde se derivan más tarde a las familias de acogida, con el fin de que pasen el menor tiempo posible fuera de un entorno normalizado.

El problema es que, aunque cada vez hay más concienciación social sobre esta realidad, el número de niños necesitados de familia sigue siendo mayor que el de familias disponibles, por lo que muchos menores, después de haber sido víctimas de circunstancias dolorosas, se ven abocados a pasar su niñez entre las paredes de un centro.

BIENESTAR SOCIAL Según los datos de la Consejería de Salud y Bienestar Social, casi el 60% de los menores ingresados en centros de protección acaba en un hogar, la mitad con familia extensa (es decir parientes, generalmente tíos o abuelos) y la otra mitad con familias ajenas. Un porcentaje que no ha dejado de crecer en los últimos años.

Del 40% que no consigue abandonar el centro, destaca la presencia importante de niños con necesidades especiales. Son aquéllos que llegan cuando son mayores de siete años (57% de los casos), los que tienen alguna discapacidad física, intelectual o sensorial, o quienes padecen una enfermedad crónica, son portadores del VIH o son un grupo de hermanos y tienen que ser acogidos conjuntamente (18% de los casos).

Para convertirse en familia de acogida, lo importante es tener mucha vocación de ayuda y superar el test de idoneidad, un estudio elaborado a partir de sesiones informativas y entrevistas psicosociales, similar al que se realiza a las familias que quieren adoptar hijos. Sin embargo, adoptar y acoger no es lo mismo. La principal diferencia es que en el acogimiento los niños tienen siempre abierta, por recomendación de los equipos de psicólogos y trabajadores sociales, la posibilidad de estar en contacto con sus padres biológicos, mientras el acogimiento preadoptivo o la adopción conllevan la ruptura de los vínculos del menor con la familia biológica. Cabe señalar el incremento de familias ajenas de acogida registrado, que ha permitido pasar de 72 acogimientos en el 2009 a 140 actualmente, es decir, un 94% más en solo cuatro años.

Según fuentes de Bienestar Social, «el cambio de las necesidades de los menores atendidos en el sistema de protección ha originado un cambio en el modelo de intervención y de trabajo, de tal forma que el centro ya no resulta una mera alternativa a la familia hasta que los niños alcanzan la mayoría de edad, sino que debe ser un recurso especializado que la complemente». Por este motivo, se va a poner en marcha un programa de atención residencial de inserción social y laboral para menores tutelados de entre 16 y 18 años, ya que están cerca de alcanzar la mayoría de edad, momento en que los niños que están en centros se ven abocados a abandonarlos sin más.

Fuente: Diario de Córdoba

 

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