La historia de Fleur Pellerin

Fleur Pellerin

Sus padres eligieron para ella el nombre de Fleur. Fue en 1973. Kim Jong-Suk tenía seis meses. Había pasado algún tiempo en un orfanato en el centro de Seúl, en Corea del Sur, cuando un matrimonio francés decidió adoptarla y convertirla en su primogénita. Nuevo nombre: Fleur Pellerin. Nuevo hogar: París. Y nueva nacionalidad: francesa.

Hoy, esa historia suena con fuerza cada vez que el nombre de Fleur Pellerin acapara los titulares de la prensa; ya no solo la francesa, sino la internacional. Y, como si se tratara de una ironía de la vida, Fleur tiene que salir al cruce de las malas lenguas y aclarar que es mucho más que la «ministra florero» del gobierno del socialista François Hollande.

A los 38 años, Pellerin es ministra delegada de Innovación, Economía Numérica y Pymes, un puesto que si bien no ocupa la primera línea jerárquica ha cobrado relevancia por tratar temas tan sensibles como la banda ancha, las redes sociales y los últimos caprichos de gigantes de Internet como Google y Yahoo!. Pero tranquilidad, porque Fleur está lejos de ser una novata sin experiencia. Fue magistrada del Tribunal de Cuentas con 26 años y auditora externa de la ONU a los 28.

Además, esta mujer de eterno rouge en los labios fue una de las personas en las que el presidente Hollande confió para preparar su asalto al Palacio del Elíseo durante la histórica campaña presidencial de 2012 (en la que derrotó a Nicolas Sarkozy, entonces presidente y candidato por la reelección). En una peleada contienda electoral en la cual la izquierda se jugaba el regreso a la jefatura de Estado desde 1995, el líder socialista le encargó la gestión del área de Sociedad y Economía Digital de la campaña. Una vez ganador, ratificó su confianza en ella al incluirla en su primer gabinete.

Sexy diversidad

Fleur creció como cualquier niña francesa. O como cualquier niña francesa del promedio para arriba. Estudió en un colegio bilingüe franco-alemán, pasó por la Escuela Nacional de la Administración (ENA), que ha dado a Francia tres presidentes de la República y siete primeros ministros, y también por el reputado Instituto de Estudios Políticos de París. Cualquiera de las tres rankea entre las instituciones educativas más prestigiosas del país.

En esos años de niña y adolescente nunca volvió a su Corea natal. Ni siquiera cuando sus padres, un ama de casa y un doctor en física nuclear, viajaron hasta allí para buscarle una hermana. Fleur tenía 13 años. Recién volvió en marzo de 2013, con una gira que, en su calidad de ministra, también la llevó por Japón. «Feliz de descubrir las calles de Seúl esta tarde antes de embarcarme en una semana intensa», comentó en su Facebook.

Según declaró recientemente al diario británico The Sunday Times, ella se considera «totalmente francesa» y atribuye su éxito a la educación que recibió. No estaría bien visto que ella misma lo diga, pero su carisma y su asertividad también están entre los factores que aumentaron la curiosidad que por estos días existe sobre su persona. Según algunos analistas políticos, le siguen su historia personal y, luego, su privilegiado físico.

De hecho, su forma de vestir ha sido objeto de comentario en «los cenáculos políticos», como ella misma les dice. Es que Fleur nunca abandonó las minifaldas ni el taco aguja. Según algunos sitios web que han publicado sus fotos luciendo distintos modelos, la ministra se destaca «por su elegante estilo juvenil a la hora de elegir indumentaria».

De acuerdo al El País de Madrid, el hecho de que su cartera dependa del ministro de Industria, Arnaud Montebourg, un actor clave en la ansiada «recuperación productiva» del país, también es un dato relevante para medir su protagonismo y popularidad.

En algún momento también se dijo de ella que era «una mujer bella salida de la diversidad». Surgió de boca de un periodista de la emisora de radio Europe, que no tuvo prurito en preguntarle por qué creía que había sido designada para un cargo público… al tiempo que dejaba deslizar esa opción. Fleur respondió lo que, a esta altura, se ha convertido en su caballito de batalla ante cualquier acusación o esbozo de insulto: «No me han nombrado ministra por ser mujer ni por tener los ojos rasgados».

El término «salido/a de la diversidad» es uno de los eufemismos que está más de moda en la jerga política francesa. Se viene usando cuando aparecen en escena políticos con rasgos, apellidos, clase social o sexo distintos de los mayoritatrios en las clases dirigentes. Sucede que en las últimas elecciones legislativas los franceses incorporaron a su Asamblea Nacional algunos diputados surgidos de la inmigración. «En el Palais Bourbon se sientan ahora diputados de origen magrebí y africano, gente de piel oscura de las regiones de ultramar y hasta uno nacido en Brasil y otro en Irán», resumió en junio de 2012 El País.

Flores y espinas

Dice que se siente más bien artista y que debería dedicarse a tocar el piano (ha estudiado diez años), escribir libros o pintar. Le gusta «estar relajada» y «no hacer nada». Con su paso firme y su discurso rápido, cuesta imaginarla.

En cambio, sus ratos de ocio los dedica a su hija de ocho años, Berenice, nacida de su primer matrimonio con un diplomático (ahora está casada con Laurent Odéon, consejero de Estado). La niña es quien muchas veces la llama al orden y le recuerda que, si tiene una reunión, debe planificar qué decir. «¿Vas a hacer declaraciones? Si no, parecerás un adorno», ha contado que le increpa Berenice. Como si Fleur, en honor a su nombre, tuviese espíritru de mujer florero.

En cambio, con cada decisión que toma y hace pública esta joven demuestra que tiene ideas claras y voz propia. Hace ya tiempo, un diputado conservador la llamó «ministra florero». Pero la actitud de Fleur para combatir «la nueva piratería fiscal» de las corporaciones, sobre todo de las multinacionales que hacen negocio en Internet, hizo que se tragara sus palabras. La decisión del gobierno de negarse a autorizar la compra de Dailymotion -el YouTube francés- por Yahoo! terminó de allanar la cancha. Su empeño en impulsar la implementación del llamado «gran ancho de banda» en el acceso a Internet fue la frutilla de la torta.

En Francia, donde Hollande lleva adelante el primer gobierno que respeta la paridad de género en su gabinete (con 17 hombres y 17 mujeres en los ministerios), Pellerin dejó de ser una profesional anónima. En Corea del Sur, con 50 millones de habitantes y país donde nacen la mayoría de los huérfanos que se adoptan desde el exterior, dicen que ya se ha convertido en una estrella.

Fuente: elpais.com.uy

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