“No hace falta ser perfectos para ser unos padres perfectos”

padres perfectos

Esta frase no es mía, pero me encantó. La frase pertenece a una campaña de una ONG americana llamada Adopt Us Kids. El objetivo de esta campaña es que las familias adopten niños.

En nuestro día a día, me parece una frase estupenda: padres y madres nos esforzamos cada día por ser mejores padres y por ser los padres perfectos para nuestros hijos. Antes de nacer ya estamos pensando en todas sus necesidades, y buscamos la forma de que no les falte nada. Desde lo material, hasta muchas atenciones y, por supuesto, nuestro tiempo.

Cuando van creciendo, queremos que se relacionen con mayores y pequeños, que hagan las actividades que les gustan, que vayan a las excursiones organizadas por el cole, organizar viajes o salidas juntos toda la familia o con amigos,…

Y a nivel emocional no digo nada… Queremos que no lo pasen mal, que no sufran… hacemos lo posible por evitar o por ayudarles a pasar las dificultades con las que se van encontrando… y hacemos lo posible por verles sonreír…

Y, aún así, muchos padres y madres llegan al momento reflexivo de la noche o del final de la semana, o de vuelta al cole, sintiéndose mal y pensando que no están haciendo lo suficiente, buscando la perfección como padres.

Pero, ¿qué tenemos que hacer los padres para ser perfectos para nuestros hijos? Realmente ser nosotros, mostrarles nuestro cariño y apoyo en su día a día, acompañarles en sus vivencias, hacerles partícipes de nuestros momentos, compartir tiempo y experiencias,…

En resumen, que se sientan que pertenecen a una familia donde se sienten queridos y todos los miembros son importantes (y que nosotros también lo sintamos, por supuesto).

Nuestros hijos no quieren otros padres (aunque a veces cuando se sienten mal por algo puedan decirnos cosas que nos hacen daño, como “no te quiero, ojalá tuviera una madre/padre como la de mi amigo…”). Nuestros hijos quieren sentirse queridos y acompañados en la vida por sus padres, con todos los defectos que puedan tener. ¿No queremos nosotros de alguna manera lo mismo de ellos?

Por eso, NO HACE FALTA SER PERFECTOS PARA SER UNOS PADRES PERFECTOS.

Y, lo mismo para nuestros hijos, NO HACE FALTA SER PERFECTOS PARA SER UNOS HIJOS PERFECTOS.

Fuente: Blog Afecto y Familia

Si este artículo te parece interesante, compártelo.
Facebook Twitter Plusone Linkedin Pinterest

Deja una respuesta