El paso del tiempo en la vida de un niño

Editorial publicado en el Boletín Informativo N° 30 de la Asociación «Ser Familia por Adopción» de Argentina

Ayer, Sofía cumplió 40 años.
Otra vez (como viene repitiendo en estos últimos 5 años), al apagar las velitas de la torta, en lugar de pedir tres deseos pidió uno solo, pero tan grande que vale por tres: SER MAMÁ.
En estos cinco años renovó las inscripciones para formar su familia por vía de la Adopción, pintó su casa, no cambió de trabajo, se hizo muy amiga de su vecina, sus padres se mudaron un poco más lejos, sigue calzando 37 y a veces pesa 2 kg. más y otras 2 kg. menos, casi ni se nota que hoy tiene 5 años más que aquel día, en su cumpleaños número 35, cuando pidió por primera vez SER MAMÁ.

Ayer, a 200 km. de la casa de Sofía, Rafael cumplió 7 años.
Otra vez (como viene repitiendo en estos últimos 5 años), al apagar las velitas de la torta que alguien acercó al «Hogar» donde vive, en lugar de pedir tres deseos pidió uno solo, pero tan grande que vale por tres: TENER UNA MAMÁ Y UN PAPÁ.

En estos cinco años, creció 15 cm., pesa 8 kg. más que cuando llegó, se le cayeron 3 dientes (y no fue el Ratón Pérez a llevárselos), todas las Navidades las pasó con una familia solidaria distinta, empezó la escuela primaria y ese primer día de clases nadie lo llevó de la mano, ni lo contuvo ante el temor que sentía, no tiene fotos de sus cumpleaños, ni de el primer día de clases, ni de los actos escolares, tuvo varicela, anginas, fiebre y el antitérmico nunca hizo el mismo efecto que si se lo hubiera dado mamá, vio como los papás de casi todos sus compañeritos de la escuela iban a las reuniones convocadas por  la maestra ni…

Rafael tiene una familia de origen, que por algún motivo no puede ejercer el rol de FAMILIA con lo que todo ella implica y así fue que también fue conociendo a sus hermanos en su ingreso  al Hogar, porque a medida que nacían un Juez ya decidía su internación.

Cuando dimensionamos la importancia vital de 5 años en la vida de un adulto y en la de un niño, parecería que no tienen la misma cantidad de días, que cada año de los años de Sofía tuvieron la mitad (180) y cada año  de Rafael el doble (730). Porque las esperas valen diferente, porque la intensidad de lo vivido, de lo anhelado, de lo negado es distinto, porque las herramientas internas con que unos y otros pueden ir construyendo su vida, su futuro son desiguales…

Por esto es que pedimos que además de hacer cumplir el derecho de todo niño a crecer en FAMILIA, también se debe cumplir con el derecho de ser escuchados. Con los mecanismos con que se disponga a través de un equipo interdisciplinario o, como según ha dicho una jueza, con visitarlos en los Hogares y tomar la merienda con ellos, compartir un día su vida y sin duda, si realmente tienen oídos atentos, mente abierta y corazón dispuesto, sabrán escuchar lo que piden, reclaman, desean… una MAMÁ Y UN PAPÁ  y a partir de ahí implementar todo lo necesario para cumplir ese deseo/derecho.

Fuente: Ser familia por adopción. Argentina

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