Reflexiones de una madre que entregó a su hija en adopción

Tengo en mi mesa, entre muchos otros documentos que voy recogiendo en el , la investigación de la señora Eva Giberti “madres excluidas”.

Debo ser sincera, no he leído con mucho juicio, algunos asuntos emocionales hacen que la lectura sea difícil a veces.

De vez en vez, releo, repaso, resumo, copio, entiendo, comparo, y me asombro de ver como aun siendo esta investigación realizada en Argentina tiene tanta similitud con la problemática vivida por nosotras en Colombia.

Hoy, encontré una pregunta entre las hojas del libro que me empujó a escribir mi propia respuesta: ¿QUIENES SON LAS QUE ENTREGAN SUS HIJOS EN ADOPCION?

El libro tiene para esta pregunta una suerte de definiciones, todas basadas en caracterizaciones de la población, porcentajes sobre edades, escolaridad, procedencia, de hijos….pero realmente me pregunto entonces….¿quién soy yo?

Bueno, yo soy una mujer de 38 años, Trabajadora Social, madre de 3 hijos, la mayor de 16 años, el que sigue 13 años, y la menor…que vive lejos de mi porque decidí la adopción tiene casi 10 años, los cumple en Febrero del próximo año.

Esa hija es producto de un amor inmenso, es hija de un hombre que ame con locura, y con el que viví cosas maravillosas, pero como todo, el amor es eterno mientras dura y ese también terminó, el embarazo ocurre luego de un encuentro casual, no fue fácil aceptar el embarazo, sin embargo trate de comunicarme con él, para que supiera, para que tomáramos una decisión juntos.

Nunca encontré respuesta de el, ni buena ni mala, ninguna respuesta. Pasaron uno, dos, tres, cuatro…siete meses, y de ese hombre alguna vez amado, la de apoyo de mi familia, la falta de un empleo , me ayudaron a tomar la decisión más difícil de mi vida.

Estaba muy asustada, no sabia lo que debía hacer, a la distancia de una llamada consulte en un hogar de madres y me dijeron que me recibían, que me ofrecían vivienda durante el de embarazo que me faltaba y que me ayudaban con la parte medica porque no había tenido ni un solo control ni ecografías ni nada, no sabia que pasaba ni como estaba todo.

Llegue el 13 de diciembre de 2000, a las 7 de la noche a una casa discreta en la localidad de Usaquen en Bogota, con 7 meses de embarazo y con toda mi vida metida en una maleta.

Pase una navidad muy triste, lejos de mis otros hijos y conviviendo con personas que nunca había visto antes. El 1 de Febrero nació mi hija, no la tuve conmigo ni un solo instante, y aunque ya deseaba irme para mi casa, nunca pensé que fuera tan triste despedirme de esa pequeña que me arrancaba las entrañas.

Han pasado casi diez años, en los que han ocurrido muchas cosas, termine mis estudios, tengo un empleo, tengo personas que me apoyan, mis relaciones familiares han mejorado.

Estoy casi lista para encontrar en el camino a mi hija, digo casi porque ahora tengo que esperar que ella quiera hacerlo.

Entonces, quien soy yo?

Una mujer, madre, amiga, hermana, con tres hijos que que se reúnan algún día. Soy una mujer dedicada todos los días a cuidar, amar, abrazar mujeres que pasan por la misma situación en la que yo estuve algún día. Trabajo en el mismo hogar materno que me acogió cuando fue necesario y doy todo el apoyo que puedo y mas.

Soy una persona normal, no me siento desalmada, ni loca, ni en conflicto con mi maternidad, creo que no reúno requisitos para encasillarme en ninguna definición.

Por que escribo? Por que me arriesgo? Porque estoy convencida de que necesitamos tener un rostro y una voz, porque soy defensora hasta la muerte de las mujeres que deciden vivir lejos de sus hijos por amor y pensando en su bienestar.

En el camino me he encontrado muchas opiniones, la gran mayoría son fuertes, y me han hecho sentir triste alguna vez, pero generalmente estoy bien con lo decidido a pesar de la nostalgia.

Recuerdo a mi hija todos los días, la imagino en navidades, la imagino en sus cumpleaños, la sueño y pido a Dios por ella siempre.. Todos tendremos una respuesta diferente para decir quienes son las mujeres que entregan sus hijos en adopción, pero por ahora, yo soy una mujer que a veces me siento valiente, a veces me siento triste, pero sobre todo, siempre me siento madre

Fuente: Nuestrahistoria.Bligoo

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